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Misionero de la Misericordia: Compilación de fragmentos de discursos del Papa Francisco (página 2)



Partes: 1, 2, 3

«Ánimo, levántate», paulatinamente fuimos tocando ese amor misericordioso, ese amor transformador, que nos permitió ver la luz. No somos testigos de una ideología, no somosTestigos de una receta, de una manera de hacer teología. No somos testigos de eso. Somos testigos del amor sanador y misericordioso de Jesús. Somos testigos de su actuar en la vida de nuestras comunidades.

Esta es la pedagogía del Maestro, esta es la pedagogía de Dios con su Pueblo. Pasar de la indiferencia, del zapping al «ánimo, levántate, el Maestro te llama» (Mc 10,49).

DISCURSO EN EL II ENCUENTRO MUNDIAL DE

MOVIMIENTOS POPULARES EN EL SALÓN PRINCIPAL DE LA

FERIA EXPOCRUZ. SANTA CRUZ

Jueves 9 de julio de 2015

Yo también volver a unir mi voz a la de Ustedes: "Las famosas tres T": tierra, techo y trabajo para todos nuestros hermanos y hermanas. Lo dije

Y lo repito: son derechos sagrados. Vale la pena, vale la pena luchar por ellos. Que el clamor de los excluidos se escuche en América Latina y en toda la tierra.

_____________________________________________________________:__

Primero de todo.

1. Empecemos reconociendo que necesitamos un cambio. Quiero aclarar, para que no haya malos entendidos, que hablo de los problemas comunes de todos los

Latinoamericanos y, en general también de toda la humanidad. Problemas que tienen una matriz global y que hoy ningún Estado puede resolver por sí mismo. Hecha esta aclaración, propongo que nos hagamos estas preguntas: – ¿Reconocemos que las cosas no andan bien en un mundo donde hay tantos campesinos sin tierra, tantas familias sin techo, tantos trabajadores sin derechos, tantas personas heridas en su dignidad? – ¿Reconocemos que las cosas no andan bien cuando estallan tantas guerras sin sentido y la violencia fratricida se adueña hasta de nuestros barrios? ¿Reconocemos que las cosas no andan bien cuando el suelo, el agua, el aire y todos los seres de la creación están bajo permanente amenaza?

Entonces, digámoslo sin miedo: necesitamos y queremos un cambio.

Ustedes –en sus cartas y en nuestros encuentros– me han relatado las múltiples exclusiones e injusticias que sufren en cada actividad laboral, en cada barrio, en cada territorio. Son tantas y tan diversas como tantas y diversas sus formas de enfrentarlas.

Hay, sin embargo, un hilo invisible que une cada una de esas exclusiones, ¿podemos reconocerlo? Porque no se trata de cuestiones aisladas. Me pregunto si somos capaces de reconocer que estas realidades destructoras responden a un sistema que se ha hecho global. ¿Reconocemos que este sistema ha impuesto la lógica de las ganancias a cualquier costo sin pensar en la exclusión social o la destrucción de la naturaleza?

Si esto así, insisto, digámoslo sin miedo: queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los Pueblos…

Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre Tierra como decía San Francisco.

Queremos un cambio en nuestras vidas, en nuestros barrios, en el pago chico, en nuestra realidad más cercana; también un cambio que toque al mundo entero porque hoy la interdependencia planetaria requiere respuestas globales a los problemas locales. La globalización de la esperanza, que nace de los Pueblos y crece entre los pobres, debe sustituir esta globalización de la exclusión y la indiferencia.

Quisiera hoy reflexionar con Ustedes sobre el cambio que queremos y necesitamos. Saben que escribí recientemente sobre los problemas del cambio climático. Pero, esta vez, quiero hablar de un cambio en el otro sentido. Un cambio positivo, un cambio que nos haga bien, un cambio podríamos decir redentor. porque lo necesitamos.

Sé que ustedes buscan un cambio y no sólo ustedes: en los distintos encuentros, en los distintos viajes he comprobado que existe una espera, una fuerte búsqueda, un anhelo de cambio en todos los pueblos del mundo. Incluso dentro de esa minoría cada vez más reducida que cree beneficiarse con este sistema reina la insatisfacción y especialmente la tristeza. Muchos esperan un cambio que los libere de esa tristeza individualista que esclaviza.

El tiempo, hermanos, hermanas, el tiempo parece que se estuviera agotando; no alcanzó el pelearnos entre nosotros, sino que hasta nos ensañamos con nuestra casa. Hoy la comunidad científica acepta lo que hace, ya desde hace mucho tiempo denuncian los humildes: se están produciendo daños tal vez irreversibles en el ecosistema.

Se está castigando a la tierra, a los pueblos y las personas de un modo casi salvaje. Y detrás de tanto dolor, tanta muerte y destrucción, se huele el tufo de eso que Basilio de Cesarea llamaba «el estiércol del diablo». La ambición desenfrenada de dinero que gobierna. Ese es el estiércol del diablo. El servicio para el bien común queda relegado. Cuando el capital se convierte en ídolo y dirige las opciones de los seres humanos, cuando la avidez por el dinero tutela todo el sistema socioeconómico, arruina la sociedad, condena al hombre, lo convierte en esclavo, destruye la fraternidad interhumana, enfrenta pueblo contra pueblo y, como vemos, incluso pone en riesgo esta nuestra casa común.

No quiero extenderme describiendo los efectos malignos de esta sutil dictadura: ustedes los conocen. Tampoco basta con señalar las causas estructurales del drama social y ambiental contemporáneo. Sufrimos cierto exceso de diagnóstico que a veces nos lleva a un pesimismo charlatán o a regodearnos en lo negativo. Al ver la crónica negra de cada día, creemos que no hay nada que se puede hacer salvo cuidarse a uno mismo y al pequeño círculo de la familia y los afectos.

¿Qué puedo hacer yo, cartonero, catadora, pepenador, recicladora frente a tantos problemas si apenas gano para comer? ¿Qué puedo hacer yo artesano, vendedor ambulante, transportista, trabajador excluido si ni siquiera tengo derechos laborales?

¿Qué puedo hacer yo, campesina, indígena, pescador que apenas puedo resistir el avasallamiento de las grandes corporaciones? ¿Qué puedo hacer yo desde mi villa, mi chabola, mi población, mi rancherío cuando soy diariamente discriminado y marginado?

Pueden hacer mucho. Pueden hacer mucho.ustedes, los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas, en la búsqueda cotidiana de «las tres T» ¿De acuerdo? (trabajo, techo, tierra) y también, en su participación protagónica en los grandes procesos de cambio, Cambios nacionales, cambios regionales y cambios mundiales. ¡No se achiquen!

Dolorosamente sabemos que un cambio de estructuras que no viene acompañado de una sincera conversión de las actitudes y del corazón termina a la larga o a la corta por burocratizarse, corromperse y sucumbir.

A los dirigentes les pido: sean creativos y nunca pierdan el arraigo a lo cercano, porque el padre de la mentira sabe usurpar palabras nobles, promover modas intelectuales y adoptar poses ideológicas, pero si ustedes construyen sobre bases sólidas, sobre las necesidades reales y la experiencia viva de sus hermanos, de los campesinos e indígenas, de los trabajadores excluidos y las familias marginadas, seguramente no se van a equivocar.

Estoy convencido que la colaboración respetuosa con los movimientos populares puede potenciar estos esfuerzos y fortalecer los procesos de cambio.

María es signo de esperanza para los pueblos que sufren dolores departo hasta que brote la justicia.

En ese sentido, no esperen de este Papa una receta. Ni el Papa ni la Iglesia tienen el monopolio de la interpretación de la realidad social ni la propuesta de soluciones a los problemas contemporáneos. Me atrevería a decir que no existe una receta. La historia la construyen las generaciones que se suceden en el marco de pueblos que marchan buscando su propio camino y respetando los valores que Dios puso en el corazón

Quisiera, sin embargo, proponer tres grandes tareas que requieren el decisivo aporte del conjunto de los movimientos populares:

La primera tarea es poner la economía al servicio de los pueblos: Los seres humanos y la naturaleza no deben estar al servicio del dinero. Digamos NO a una economía de exclusión e inequidad donde el dinero reina en lugar de servir. Esa economía mata. Esa economía excluye. Esa economía destruye la Madre Tierra.

La economía no debería ser un mecanismo de acumulación sino la adecuada administración de la casa común. Eso implica cuidar celosamente la casa y distribuir adecuadamente los bienes entre todos. Su objeto no es únicamente asegurar la comida o un "decoroso sustento". Ni siquiera, aunque ya sería un gran paso, garantizar el acceso a «las tres T» por las que ustedes luchan. Una economía verdaderamente comunitaria, podría decir, una economía de inspiración cristiana, debe garantizar a los pueblos dignidad «prosperidad sin exceptuar bien alguno» (1) Esta última frase la dijo el Papa

Juan XXIII hace 50 años. Jesús dice en el evangelio que aquel que le dé espontáneamente un vaso de agua cuando tiene sed será acogido en el reino de los cielos. Esto implica «las tres T» pero también acceso a la educación, la salud, la innovación, las manifestaciones artísticas y culturales, la comunicación, el deporte y la recreación.

Una economía justa debe crear las condiciones para que cada persona pueda gozar de una infancia sin carencias, desarrollar sus talentos durante la juventud, trabajar con plenos derechos durante los años de actividad y acceder a una digna jubilación en la ancianidad.

Es una economía donde el ser humano en armonía con la naturaleza, estructura todo el sistema de producción y distribución para que las capacidades y las necesidades de cada uno encuentren un cauce adecuado en el ser social. Ustedes, y también otros pueblos, resumen este anhelo de una manera simple y bella: «vivir bien». Que no es lo mismo que ver pasar la vida.

Esta economía no es sólo deseable y necesaria sino también posible. No es una utopía ni una fantasía. Es una perspectiva extremadamente realista. Podemos lograrlo. Los recursos disponibles en el mundo, fruto del trabajo intergeneracional de los pueblos y los dones de la creación, son más que suficientes para el desarrollo integral de «todos los hombres y de todo el hombre». (2)

El problema, en cambio, es otro. Existe un sistema con otros objetivos. Un sistema que además de acelerar irresponsablemente los ritmos de la producción, además de implementar métodos en la industria y la agricultura que dañan la Madre Tierra en aras de la «productividad», sigue negándoles a miles de millones de hermanos los más elementales derechos económicos, sociales y culturales. Ese sistema atento contra el proyecto de Jesús. Contra la Buena Noticia que trajo Jesús.

La distribución justa de los frutos de la tierra y el trabajo humano no es mera filantropía.

Es un deber moral para los cristianos, la carga es aún más fuerte: es un mandamiento. Se trata de devolverles a los pobres y a los pueblos lo que les pertenece.

El destino universal de los bienes no es un adorno discursivo de la doctrina social de la Iglesia. Es una realidad anterior a la propiedad privada. La propiedad, muy en especial cuando afecta los recursos naturales, debe estar siempre en función de las necesidades de los pueblos. Y estas necesidades no se limitan al consumo. No basta con dejar caer algunas gotas cuando lo pobres agitan esa copa que nunca derrama por sí sola. Los planes asistenciales que atienden ciertas urgencias sólo deberían pensarse como respuestas pasajeras, coyunturales. Nunca podrán sustituir la verdadera inclusión: ésa que da el trabajo digno, libre, creativo, participativo y solidario.

Y en este camino, los movimientos populares tienen un rol esencial, no sólo exigiendo y reclamando, sino fundamentalmente creando. Ustedes son poetas sociales: creadores de trabajo, constructores de viviendas, productores de alimentos, sobre todo para los descartados por el mercado mundial.

He conocido de cerca distintas experiencias donde los trabajadores unidos en cooperativas y otras formas de organización comunitaria lograron crear trabajo donde sólo había sobras de la economía idolátrica y vi que algunos están aquí. Las empresas recuperadas, las ferias francas y las cooperativas de cartoneros son ejemplos de esa economía popular que surge de la exclusión y, de a poquito, con esfuerzo y paciencia, adopta formas solidarias que la dignifican. ¡Y qué distinto es eso a que los descartados por el mercado formal sean explotados como esclavos!

Los gobiernos que asumen como propia la tarea de poner la economía al servicio de los pueblos deben promover el fortalecimiento, mejoramiento, coordinación y expansión de estas formas de economía popular y producción comunitaria.

Esto implica mejorar los procesos de trabajo, proveer infraestructura adecuada y garantizar plenos derechos a los trabajadores de este sector alternativo. Cuando Estado y organizaciones sociales asumen juntos la misión de «las tres T» se activan los principios

De solidaridad y subsidiariedad que permiten edificar el bien común en una democracia plena y participativa.

La segunda tarea, eran 3, es unir nuestros pueblos en el camino de la paz y la justicia.

Los pueblos del mundo quieren ser artífices de su propio destino. Quieren transitar en paz su marcha hacia la justicia. No quieren tutelajes ni injerencias donde el más fuerte subordina al más débil. Quieren que su cultura, su idioma, sus procesos sociales y tradiciones religiosas sean respetados.

Ningún poder fáctico o constituido tiene derecho a privar a los países pobres del pleno ejercicio de su soberanía y, cuando lo hacen, vemos nuevas formas de colonialismo que afectan seriamente las posibilidades de paz y de justicia porque «la paz se funda no sólo en el respeto de los derechos del hombre, sino también en los derechos de los pueblos particularmente el derecho a la independencia» (3)

Los pueblos de Latinoamérica parieron dolorosamente su independencia política y, desde entonces llevan casi dos siglos de una historia dramática y llena de contradicciones intentando conquistar una independencia plena.

En estos últimos años, después de tantos desencuentros, muchos países latinoamericanos han visto crecer la fraternidad entre sus pueblos. Los gobiernos de la región aunaron esfuerzos para hacer respetar su soberanía, la de cada país y la del conjunto regional, que tan bellamente, como nuestros Padres de antaño, llaman la «Patria Grande». Les pido a ustedes, hermanos y hermanas de los movimientos populares, que cuiden y acrecienten esa unidad. Mantener la unidad frente a todo intento de división es necesario para que la región crezca en paz y justicia.

A pesar de estos avances, todavía subsisten factores que atentan contra este desarrollo humano equitativo y coartan la soberanía de los países de la «Patria Grande» y otras latitudes del planeta. El nuevo colonialismo adopta diversa fachadas. A veces, es el poder anónimo del ídolo dinero: corporaciones, prestamistas, algunos tratados denominados «de libres comercio» y la imposición de medidas de «austeridad» que siempre ajustan el cinturón de los trabajadores y de los pobres.

Los obispos latinoamericanos lo denunciamos con total claridad en el documento de aparecida cuando afirman que «las instituciones financieras y las empresas transnacionales se fortalecen al punto de subordinar las economías locales, sobre todo, debilitando a los Estados, que aparecen cada vez más impotentes para llevar adelante proyectos de desarrollo al servicio de sus poblaciones». Hasta aquí la cita. (4) En otras ocasiones, bajo el noble ropaje de la lucha contra la corrupción, el narcotráfico o el terrorismo –graves males de nuestros tiempos que requieren una acción internacional coordinada– vemos que se impone a los Estados medidas que poco tienen que ver con la resolución de esas problemáticas y muchas veces empeora las cosas.

Del mismo modo, la concentración monopólica de los medios de comunicación social que pretende imponer pautas alienantes de consumo y cierta uniformidad cultural es otra de las formas que adopta el nuevo colonialismo. Es el colonialismo ideológico. Como dicen los Obispos de África, muchas veces se pretende convertir a los países pobres en «piezas de un mecanismo y de un engranaje gigantesco». (5)

Hay que reconocer que ninguno de los graves problemas de la humanidad se puede resolver sin interacción entre los Estados y los pueblos a nivel internacional. Todo acto de envergadura realizado en una parte del planeta repercute en todo en términos económicos, ecológicos, sociales y culturales. Hasta el crimen y la violencia se han globalizado. Por ello ningún gobierno puede actuar al margen de una responsabilidad común. Si realmente queremos un cambio positivo, tenemos que asumir humildemente nuestra interdependencia, es decir, nuestra sana interdependencia. Pero interacción no es sinónimo de imposición, no es subordinación de unos en función de los intereses de otros.

El colonialismo, nuevo y viejo, que reduce a los países pobres a meros proveedores de materia prima y trabajo barato, engendra violencia, miseria, migraciones forzadas y todos los males que vienen de la mano… precisamente porque al poner la periferia en función del centro les niega el derecho a un desarrollo integral. Y eso hermanos es inequidad y la inequidad genera violencia que no habrá recursos policiales, militares o de inteligencia capaces de detener.

Digamos NO entonces a las viejas y nuevas formas de colonialismo. Digamos SÍ al encuentro entre pueblos y culturas. Felices los que trabajan por la paz.

Y aquí quiero detenerme en un tema importante. Porque alguno podrá decir, con derecho, que «cuando el Papa habla del colonialismo se olvida de ciertas acciones de la Iglesia».

Les digo, con pesar: se han cometido muchos y graves pecados contra los pueblos originarios de América en nombre de Dios. Lo han reconocido mis antecesores, lo ha dicho el CELAM El Consejo Episcopal Latinoamericano y también quiero decirlo. Al igual que San Juan Pablo II pido que la Iglesia y cito lo que dijo Él «se postre ante Dios e implore perdón por los pecados pasados y presentes de sus hijos» (6). Y quiero decirles, quiero ser muy claro, como lo fue San Juan Pablo II: pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América.

Y junto a este pedido de perdón y para ser justos también quiero que recordemos a millares de sacerdotes, obispos que se opusieron fuertemente a la lógica de la espada con la fuerza de la cruz. Hubo pecado y abundante, pero no pedimos perdón y por eso ido perdón, pero allí también donde hubo abundante pecado, sobreabundó la gracia a través de esos hombres de esos pueblos originarios. También les pido a todos, creyentes

Y no creyentes, que se acuerden de tantos Obispos, sacerdotes y laicos que predicaron y predican la buena noticia de Jesús con coraje y mansedumbre, respeto y en paz; No me quiero olvidar de las monjitas que anónimamente van a los barrios pobres llevando un mensaje de paz y dignidad, que en su paso por esta vida dejaron conmovedoras obras de promoción humana y de amor, muchas veces junto a los pueblos indígenas o acompañando a los propios movimientos populares incluso hasta el martirio.

La Iglesia, sus hijos e hijas, son una parte de la identidad de los pueblos en Latinoamérica.

Identidad que tanto aquí como en otros países algunos poderes se empeñan en borrar, tal vez porque nuestra fe es revolucionaria, porque nuestra fe desafía la tiranía del ídolo dinero. Hoy vemos con espanto cómo en Medio Oriente y otros lugares del mundo se persigue, se tortura, se asesina a muchos hermanos nuestros por su fe en Jesús. Eso también debemos denunciarlo: dentro de esta tercera guerra mundial en cuotas que estamos viviendo, hay una especie de -fuerzo la palabra- genocidio en marcha que debe cesar.

A los hermanos y hermanas del movimiento indígena latinoamericano, déjenme transmitirle mi más hondo cariño y felicitarlos por buscar la conjunción de sus pueblos y culturas, eso que yo llamo poliedro, una forma de convivencia donde las partes conservan su identidad construyendo juntas la pluralidad que no atenta, sino que fortalece la unidad.

Su búsqueda de esa interculturalidad que combina la reafirmación de los derechos de los pueblos originarios con el respeto a la integridad territorial de los Estados nos enriquece y nos fortalece a todos.

Y la tercera tarea, tal vez la más importante que debemos asumir hoy, es defender la Madre Tierra.

La casa común de todos nosotros está siendo saqueada, devastada, vejada impunemente.

La cobardía en su defensa es un pecado grave. Vemos con decepción creciente como se suceden una tras otra cumbres internacionales sin ningún resultado importante. Existe un claro, definitivo e impostergable imperativo ético de actuar que no se está cumpliendo.

No se puede permitir que ciertos intereses –que son globales pero no universales– se impongan, sometan a los Estados y organismos internacionales, y continúen destruyendo

La creación.Los pueblos y sus movimientos están llamados a clamar, a movilizarse, a exigir –pacífica pero tenazmente la adopción urgente de medidas apropiadas. Yo les pido, en nombre de Dios, que defiendan a la Madre Tierra. Sobre éste tema me he expresado debidamente en la Carta Encíclica Laudato si" que creo que les será dada al finalizar. Tengo dos páginas y media en esta cita, pero (como resumen basta (verificar y falta)

Para finalizar, quisiera decirles nuevamente: el futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las élites. Está fundamentalmente en manos de los Pueblos; en su capacidad de organizar y también en sus manos que riegan con humildad y convicción este proceso de cambio. Los acompaño. Y cada uno digamos juntos desde el corazón: ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ningún pueblo sin soberanía, ninguna persona sin dignidad, ningún niño sin infancia, ningún joven sin posibilidades, ningún anciano sin una venerable vejez.

Sigan con su lucha y, por favor, cuiden mucho a la Madre Tierra. Rezo por ustedes, rezo con ustedes y quiero pedirle a nuestro Padre Dios que los acompañe y los bendiga, que los colme de su amor y los defienda en el camino dándoles abundantemente esa fuerza que nos mantiene en pie: esa fuerza es la esperanza, y una cosa importante la esperanza que no defrauda, gracias.

Y, por favor, les pido que recen por mí. Y si alguno de ustedes no puede rezar, con todo respeto, les pido que me piense bien y me mande buena onda.

DISCURSO EN LA VISITA AL CENTRO DE REHABILITACIÓN

SANTA CRUZ-PALMASOLA

Viernes 10 de julio

Me viene a la memoria, una experiencia que nos puede ayudar, Pedro y Pablo, discípulos de Jesús también estuvieron presos. También fueron privados de la libertad. En esta circunstancia hubo algo que los sostuvo, algo que nos los dejó caer en la desesperación, que no los dejó caer en la oscuridad que puede brotar del sin sentido. Fue la oración, fue orar. Oración personal y comunitaria. Ellos rezaron y por ellos rezaban.

No tengan miedo a ayudarse entre ustedes. El demonio busca la pelea, busca la rivalidad, la división, los bandos, no le hagan el juego.

Luchen por salir adelante unidos.

Me gustaría pedirles que lleven mi saludo a sus familias, algunos están aquí. ¡Es tan importante su presencia y su ayuda! Los abuelos, el padre, la madre, los hermanos, la pareja, los hijos. Nos recuerdan que merece la pena vivir y luchar por un mundo mejor.

Por último, una palabra de aliento a todos los que trabajan en este Centro: a sus dirigentes, a los agentes de la Policía penitenciaria, a todo el personal. Ustedes cumplen un servicio público y fundamental. Tienen una importante tarea en este proceso de reinserción. Tarea de levantar y no rebajar; de dignificar y no humillar; de animar y no afligir. Este proceso que pide dejar una lógica de buenos y malos para pasar a una lógica centrada en ayudar a la persona. Y esta lógica de ayudar a las personas los va a salvar a ustedes de todo tipo de corrupción y mejorará las condiciones para todos. Ya que un proceso así vivido nos dignifica, anima y nos levanta a todos.

Antes de darles la bendición me gustaría que rezáramos un rato en silencio, en silencio cada uno desde su corazón. Cada uno como sepa hacerlo.

Por favor, les pido que sigan rezando por mí, porque yo también tengo mis errores y debo hacer penitencia. Muchas gracias. Y Que Dios nuestro Padre mire nuestro corazón, que Dios nuestro Padre que nos quiere nos de su fuerza. Su paciencia, su ternura de Padre, nos bendiga, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y no se olviden de rezar por mí.

PARAGUAY

DISCURSO EN EL ENCUENTRO CON LAS AUTORIDADES Y EL

CUERPO DIPLOMÁTICO EN EL JARDÍN DEL PALACIO DE

LÓPEZ

Viernes 10 de julio de 2015

No es difícil sentirse en casa en esta tierra tan acogedora. Paraguay es conocido como el corazón de América, y no sólo por la posición geográfica, sino también por el calor de la hospitalidad y cercanía de sus gentes. Ya desde sus primeros pasos como nación independiente, y hasta épocas muy recientes, la historia de Paraguay ha conocido sufrimiento terrible de la guerra, el enfrentamiento fratricida, de la falta de libertad y de la conculcación de los derechos humanos.

La forma de gobierno adoptada en su constitución: «democracia representativa,

Participativa y pluralista», basada en la promoción y respeto de los derechos humanos nos

Aleja de la tentación de la democracia formal que Aparecida definía como la que se

«Contentaba con estar fundada en la limpieza de procesos electorales» (cf. Aparecida 74).

Esa es una democracia formal.

En todos los ámbitos de la sociedad, pero especialmente en la actividad pública, se ha de potenciar el diálogo como medio privilegiado para favorecer el bien común, sobre la base de la cultura del encuentro, del respeto y del reconocimiento de las legítimas diferencias y opiniones de los demás.

Un desarrollo económico que no tiene en cuenta a los más débiles y desafortunados, no es verdadero desarrollo. La medida del modelo económico ha de ser la dignidad integral de la persona, especialmente la persona más vulnerable e indefensa.

Señor Presidente, queridos amigos. En nombre también de mis hermanos Obispos del Paraguay, deseo asegurarles el compromiso y la colaboración de la Iglesia católica en el afán común por construir una sociedad justa e inclusiva, en la que se pueda convivir en paz y armonía.

SALUDO EN LA VISITA AL HOSPITAL GENERAL PEDIÁTRICO

NIÑOS DE ACOSTA ÑU

Sábado 11 de julio de 2015

Jesús se enojó una vez con los Apóstoles ¿y saben por qué? Porque no dejaban que los chicos se acercaran. Para Jesús los chicos son muy importantes, hasta tal punto que nos dice a todos los grandes, a todos ya los que somos grandes.

DISCURSO EN LA VISITA AL HOSPITAL GENERAL

PEDIÁTRICO DE NIÑOS DE ACOSTA ÑÚ DE ASUNCIÓN.

TEXTO ORIGINAL

¿Jesús se enojó alguna vez?, ¿se acuerdan cuándo?

Sé que es una pregunta difícil, así que los voy a ayudar. Fue cuando no dejaron que los niños se acercaran a Él. Es la única vez en todo el evangelio de Marcos que usó esta expresión (10,13-15) Algo parecido a nuestra expresión: se llenó de bronca. ¿Alguna vez se enojaron? Bueno, de esa misma manera se puso Jesús, cuando no lo dejaron estar cerca de los niños, cerca de ustedes. Le vino mucha rabia.

Los niños estaban alejados, los grandes no los dejaban acercarse, pero Jesús, los llamó, los abrazó y los puso en el medio para que todos aprendiéramos a ser como ellos. Hoy nos diría lo mismo a nosotros. Nos mira y dice, aprendan de ello

Son unos luchadores. Y cuanto uno tiene semejantes «guerreros» adelante, se siente orgulloso. ¿Verdad mamás? ¿Verdad padres y abuelos? Verlos a ustedes, nos da fuerza, nos da ánimo para tener confianza, para seguir adelante

HOMILÍA. SANTA MISA EN LA EXPLANADA DEL SANTUARIO

MARIANO DE CAACUPÉ

Sábado 11 de julio de 2015

En el Evangelio acabamos de escuchar el anuncio del Ángel a María que le dice:

«Alégrate, llena de gracia. El Señor está contigo». Alégrate, María, alégrate. Frente a este saludo, ella, quedó desconcertada y se preguntaba qué quería decir. No entendía mucho lo que estaba sucediendo. Pero supo que venía de Dios y dijo «sí». María es la madre del «sí». Sí, al sueño de Dios, sí al proyecto de Dios, sí a la voluntad de Dios.

Un «sí» que, como sabemos, no fue nada fácil de vivir. Un «sí» que no la llenó de privilegios o diferencias, sino que, como le dirá Simeón en su profecía: «A ti una espada te va a atravesar el corazón» (Lc 2,35). Y ¡vaya que se lo atravesó! Por eso la queremos tanto y encontramos en ella una verdadera Madre que nos ayuda a mantener viva la fe y la esperanza en medio de situaciones complicadas. Siguiendo la profecía de Simeón nos

Hará bien repasar brevemente tres momentos difíciles en la vida de María.

1. Primero: El nacimiento de Jesús. «No había un lugar para ellos» (Lc 2,7). No tenían una casa, una habitación para recibir a su hijo. No había espacio para que pudiera dar a luz. Tampoco familia cercana, estaban solos. El único lugar disponible era una cueva de animales. Y en su memoria seguramente resonaban las palabras del Ángel: »Alégrate

María, el Señor está contigo». Y Ella podía haberse preguntado: ¿Dónde está ahora?

2. Segundo momento: La huida a Egipto. Tuvieron que irse, exiliarse. Allí no solo no tenían un espacio, ni familia, sino que incluso sus vidas corrían peligro. Tuvieron que marcharse a tierra extranjera. Fueron migrantes perseguidos por la codicia y la avaricia del emperador. Y allí podría haberse preguntado: ¿Y dónde está lo que me dijo el Ángel?

3. Tercer Momento: La muerte en la cruz. No debe existir situación más difícil para una madre que acompañar la muerte de su hijo. Son momentos desgarradores. Ahí vemos a

María, al pie de la cruz, como toda madre, firme, sin abandonar, acompañando a su Hijo hasta el extremo de la muerte y muerte de cruz. Y allí también podría haberse preguntado ¿dónde está lo que me dijo el ángel? Y luego la vemos conteniendo y sosteniendo a los discípulos..

DISCURSO DEL PAPA A LOS REPRESENTANTES DE LA

SOCIEDAD CIVIL EN EL ESTADIO LEÓN CONDOU

Sábado 11 de julio de 2015

Verlos a todos, cada uno proveniente de un sector, de una organización de esta querida

Sociedad paraguaya, con sus alegrías, preocupaciones, luchas y búsquedas, me lleva a

Hacer una acción de gracias a Dios. O sea, parece que Paraguay no está muerto. Gracias por ello. O sea, porque pueblo que vive, un pueblo que no mantiene viva sus preocupaciones, un pueblo que vive en la inercia de la aceptación pasiva, es un pueblo muerto.

Dios siempre está a favor de todo lo que ayude a levantar, mejorar, la vida de sus hijos.

Hay cosas que están mal, sí. Hay situaciones injustas, sí. Pero verlos y sentirlos, me ayuda a renovar la esperanza en el Señor que sigue actuando en medio de su gente.

La juventud es tiempo de grandes ideales. A mí me viene decir muchas veces que me da tristeza ver un joven jubilado. Qué importante es que ustedes los jóvenes, y vaya que hay jóvenes en Paraguay, vayan intuyendo que la verdadera felicidad pasa por la lucha de un país más fraterno.

Qué bueno que ustedes jóvenes, vean que felicidad y placer no son sinónimos. Una cosa es la felicidad, el gozo que viene de… y otra cosa es un placer pasajero. La felicidad construye, es sólida, edifica. La felicidad exige, compromiso y la entrega.

Paraguay tiene abundante población joven y es una gran riqueza. Por eso, pienso que lo primero que se ha de hacer es evitar que esa fuerza se apague esa luz que hay en sus corazones desaparezca y contrarrestar la creciente mentalidad que considera inútil y absurdo aspirar a cosas que valgan la pena.

No, no te metas, eso no se arregla más, esa mentalidad que pretendéis más adelante es considerada como absurda. A jugársela por algo, a jugársela por alguien. Esa es la vocación de la juventud. No tengan miedo de dejar todo en la cancha. Jueguen limpio, jueguen con todo. No tengan miedo de entregar lo mejor de sí. No busquen el arreglo previo para evitar el cansancio y la lucha. No coimeen al réferi.

Eso sí, no lo hagan solos. Busquen charlar, aprovechen a escuchar la vida, las historias, los cuentos de sus mayores y de sus abuelos. Que hay sabiduría allí. Pierdan mucho tiempo en escuchar todo lo bueno que tienen para enseñarles. Ellos son los custodios de ese patrimonio espiritual de fe y valores que definen a un pueblo y alumbran el camino.

Que esto puede ser un peligro, sí, sí, yo quiero fraternidad, justicia, paz, dignidad, pero puede convertirse en un nominalismo, pura palabra, ¡no! la justicia, la paz y la dignidad son concretas, si no, no sirven, son de todos los días, se hacen todos los días.

Entonces yo te pregunto a ti joven, cómo lo amasas día a día en lo concreto aunque te equivoques, lo corriges y vuelves a andar, pero en lo concreto.. . Yo les confieso que a veces a mí me da un poquito de alergia o como para decirlo en un término no tan fino un poco

De moquillo, al escuchar discursos grandilocuentes con todas estas palabras, cuando uno conoce la persona que habla dice, ¡qué mentiroso que eres!. Por eso, palabras solas no sirven. Por eso, si dices una palabra comprométete con esa palabra, amásala día a día, sacrifícate por eso, comprométete.

O sea para que haya diálogo es necesaria esa base fundamental. Y cuál es la identidad

En un país, estamos hablando de un diálogo social, el amor a la Patria. La Patria primero, después mi negocio. Esa es la identidad. Yo desde esa identidad voy a dialogar.

Si yo voy a dialogar sin esa identidad el diálogo no sirve. Además el diálogo presupone, nos exige buscar esa cultura del encuentro. Un encuentro que sabe reconocer que la diversidad no solo es buena: es necesaria.

La uniformidad nos anula, nos hace autómatas. La riqueza de la vida está en la diversidad por lo que el punto de partida no puede ser voy a dialogar pero aquel está equivocado.

No, no, no podemos presumir que el otro está equivocado, yo voy con lo mío y voy a escuchar qué dice el otro, en qué me enriquece el otro, en qué el otro me hace caer en la cuenta que yo estoy equivocado, y en qué cosas le puedo dar yo al otro, es un ida y vuelta, ida y vuelta pero con el corazón abierto con presunciones de que el otro está equivocado, mejor irse a casa y no intentar un diálogo.

El diálogo es para el bien común y el bien común se busca desde nuestras diferencias dándole posibilidad siempre a nuevas alternativas, es decir, buscar algo nuevo siempre cuando hay verdadero diálogo, se termina en un (permítanme la palabra, pero la digo noblemente) en un acuerdo nuevo donde todos nos pusimos de acuerdo en algo. ¿Hay diferencias? quedan a un costado, en la reserva, pero en ese punto en que nos pusimos de acuerdo, o en esos puntos en que nos pusimos de acuerdo, nos comprometemos y los defendemos, es un paso adelante, esa es la cultura del encuentro.

Dialogar no es negociar, negociar es procurar sacar la propia tajada, a ver como saco la mía, no, no diálogo, no, no pierdas tiempo, si vas con esa intención no pierdas tiempo.

Es buscar el bien común para todos, discutir juntos pensar una mejor solución para todos. Muchas veces esta cultura del encuentro se ve envuelta en el conflicto, es decir, vimos un ballet precioso recién, todo estaba coordinado y una orquesta que era una verdadera sinfonía de acordes, todo andaba bien. Pero en el diálogo no siempre es así no todo es un ballet perfecto, una orquesta coordinada, en el diálogo se da el conflicto y es lógico y esperable porque si yo pienso de una manera y vos de otra y vamos andando, se va crear un conflicto. No le tenemos que temer, no tenemos que ignorar el conflicto, por el contrario somos invitados a asumir el conflicto. Si no asumimos el conflicto, si no asumimos el conflicto nos va a dar dolor de cabeza. Que vaya con su idea a su casa y yo me quedo con la mía. No podemos dialogar nunca.

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Esto significa: «Aceptar sufrir el conflicto, resolverlo y transformarlo en un eslabón de un nuevo proceso» (Evangelii gaudium 227). Vamos a dialogar, hay conflicto, lo asumo, lo resuelvo y es un eslabón de un nuevo proceso. Hay un principio que nos tiene que ayudar mucho. La« unidad es superior al conflicto» (ibíd. 228). El conflicto existe, hay que asumirlo hay que procurar resolverlo, hasta donde se pueda, pero con miras a lograr una unidad pero no es uniformidad, sino es una unidad en la diversidad.

Una unidad que no rompe las diferencias, sino que las vive en comunión por medio de la solidaridad y la comprensión.

Las verdaderas culturas no están cerradas en sí mismas, sino que están llamadas a encontrarse con otras culturas y crear nuevas realidades. Cuando estudiamos historia, encontramos culturas milenarias que ya no están más, han muerto por muchas razones pero una de ellas es haberse cerrado a sí misma.

Si alguien considera que hay personas, culturas, situaciones de segunda, tercera o de cuarta algo seguro saldrá mal porque simplemente carece de lo mínimo, del reconocimiento de la dignidad del otro. Que no hay primera de tercera, de segunda ni de cuarta, somos de la misma dignidad

Las ideologías terminan mal, no sirven, las ideologías tienen una relación

o incompleta, o enferma o mala con el pueblo, las ideologías no asumen al pueblo, por eso fíjense en el siglo pasado, en qué terminaron las ideologías, en dictaduras, siempre, siempre, piensan por el pueblo, no dejan pensar al pueblo. O como decía aquel agudo crítico de la ideología cuando le dijeron pero esta gente tiene buena voluntad y quieren hacer cosas con el pueblo, todo por el pueblo pero nada con el pueblo, esas son las ideologías.

«La adoración del antiguo becerro de oro (cf. Ex 32,1-35) ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin rostro» (Evangelii Gaudium 55).

Les pido que no cedan a un modelo económico idolátrico que necesita sacrificar vidas humanas en el altar del dinero y de la rentabilidad. En la economía, en la empresa, en la política lo primero siempre es la persona y el hábitat donde vive.

Hay unas culturas ilustradas, que es cultura, y es buena y hay que respetarla o por ejemplo en una parte del ballet se tocó música de una cultura ilustrada y buena, pero hay otra cultura que tiene el mismo valor que es la cultura de los pueblos, de los pueblos originarios, de las diversas etnias, una cultura que me atrevería a llamarla (pero en el buen sentido), una cultura popular. Los pueblos tienen su cultura y hacen su cultura, es importante ese trabajo por la cultura en el sentido más amplio de la palabra, no es cultura solamente haber estudiado, poder gozar de un concierto o leer un libro interesante sino también es cultura mil cosas.

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Y en esto como hay políticos aquí presentes, está el Presidente de la República, lo digo fraternalmente. Alguien me dijo, mire, "fulano de tal está secuestrado por el ejército, haga algo". Yo no digo si es verdad, si no es verdad si es justo si no es justo, pero uno de los métodos que tenían las ideologías dictatoriales del siglo pasado a las que me refería hace un rato era apartar a la gente o con el exilio o con la prisión o en el caso de los campos de exterminio nazis o estalinistas, la apartaban con la muerte. Para que haya una verdadera cultura en un pueblo, una cultura política y de bien común, rápido [debe haber] juicios claros, juicios nítidos. Y no, no sirve otro tipo de estratagemas. La justicia es nítida, clara, eso nos va a ayudar a todos. Yo no sé si acá existe eso o no, lo digo con todo respeto, (la gente responde fuerte, pero no se entiende bien) No, no pregunto (responde el Papa), me lo dijeron cuando entraba, me lo dijeron acá y que pidiera por no sé quien, no oí bien el apellido y después, después está otra cosa que también con honestidad quiero decir: un método que no da libertad a las personas para asumir responsablemente su tarea de construcción de la sociedad y es el chantaje. El chantaje siempre es corrupción. Si tú haces esto te vamos a hacer esto, con lo cual te destruimos. La corrupción es la polilla, es la gangrena de un pueblo. Por ejemplo ningún político puede cumplir su rol, su trabajo si está chantajeado por actitudes de corrupción. Anda dame esto, dame este poder, dame esto o sino yo te voy a hacer esto o aquello otro. Eso que se da en todos los pueblos del mundo, porque eso se da. Si un pueblo quiere mantener su dignidad tiene que desterrarlo. Estoy hablando de algo universal.

Y termino. Para mí es una gran alegría ver la cantidad y variedad de asociaciones que están comprometidas en la construcción de un Paraguay cada vez mejor y próspero. Pero si no dialogan, no sirve para nada, si chantajean, no sirve para nada. Los veo como una gran sinfonía, cada uno con su peculiaridad y su riqueza propia, pero buscando la armonía final. Esto es lo que cuenta. Y no le tengan miedo al conflicto pero háblenlo y busquen caminos de solución. Amen a su Patria, a sus conciudadanos y, sobre todo, amen a los más pobres.

HOMILÍA. CELEBRACIÓN DE LAS VÍSPERAS CON LOS

OBISPOS, SACERDOTES, DIÁCONOS, RELIGIOSOS,

RELIGIOSAS, SEMINARISTAS Y MOVIMIENTOS CATÓLICOS

EN LA CATEDRAL METROPOLITANA DE ASUNCIÓN

Sábado 11 de julio de 2015

La oración hace emerger aquello que vamos viviendo o deberíamos vivir en la vida cotidiana, al menos la oración que no quiere ser alienante o solo preciosista. La oración nos da impulso para poner en acción o revisarnos en aquello que rezábamos en los salmos: somos nosotros las manos del Dios «que alza de la basura al pobre» (Sal112,7).

DISCURSO EN LA CAPILLA SAN JUAN BAUTISTA EN LA

VISITA A LA POBLACIÓN DEL BAÑADO NORTE

Domingo 12 de julio de 2015

Por más Misa de los domingos, si no tienes un corazón solidario, si no sabes lo que pasa en tu pueblo, tu fe es muy débil o es enferma o está muerta. Es una festín Cristo, la fe sin solidaridad es una fe sin Cristo, es una fe sin Dios, es una fe sin hermanos.

Acuérdense, cuando una fe no es solidaria, o es débil o está enferma o está muerta, ¡no es la fe de Jesús!

Quizás el mensaje más fuerte que ustedes pueden dar hacia afuera es esa fe solidaria, el diablo quiere que se peleen entre ustedes porque así divide y los derrota y les roba la fe. Solidaridad de hermanos para defender la fe y además que esa fe solidaria sea mensaje para toda la ciudad..

HOMILÍA. SANTA MISA EN EL CAMPO GRANDE DE ÑU GUASÚ

Domingo 12 de julio de 2015

Aprender a vivir de otra manera, con otra ley, bajo otra norma. Es pasar de la lógica del egoísmo, de la clausura, de la lucha, de la división, de la superioridad, a la lógica de la vida, de la gratuidad, del amor.

De la lógica del dominio, del aplastar, manipular, a la lógica del acoger, recibir y cuidar.

Son dos las lógicas que están en juego, dos maneras de afrontar la vida y de afrontar la misión.

Cuántas veces pensamos la misión en base a proyectos o programas. Cuántas veces imaginamos la evangelización en torno a miles de estrategias, tácticas, maniobras, artimañas, buscando que las personas se conviertan en base a nuestros argumentos. Hoy el Señor nos los dice muy claramente: en la lógica del Evangelio no se convence con los argumentos, con las estrategias, con las tácticas, sino simplemente aprendiendo a alojar, a hospedar.

Tantas veces nos olvidamos que hay un mal que precede a nuestros pecados. Hay una raíz que causa tanto pero tanto daño y que destruye silenciosamente tantas vidas. Hay un mal,¡que poco a poco, va haciendo nido en nuestro corazón y «comiendo» nuestra vitalidad: la soledad. Soledad que puede tener muchas causas, muchos motivos. Cuánto destruye la vida y cuánto mal nos hace. Nos va apartando de los demás, de Dios, de la comunidad. Nos va encerrando en nosotros mismos.

Y cuando estemos cansados o se nos haga pesada la tarea de evangelizar es bueno recordar que la vida que Jesús nos propone, responde a necesidades más hondas de las personas, porque todos hemos sido creados para la amistad con Jesús y para el amor fraterno (cf. Evangelii Gaudium 265). Hay algo que es cierto, no podemos obligar.

PALABRAS ANTES DEL ÁNGELUS Y LUEGO DE LA SANTA

MISA EN EL CAMPO GRANDE DE ÑU GUAZÚ

Domingo 12 de julio de 2015

A la Virgen, que perseveró con los Apóstoles en espera del Espíritu Santo (cf. Hch 1,13-

14), le pido también que vele por la Iglesia, y fortalezca los vínculos fraternos entre todos sus miembros. Que con la ayuda de María, la Iglesia sea casa de todos, una casa que sepa hospedar, una madre para todos los pueblos.

Queridos hermanos: les pido, por favor, que no se olviden de rezar por mí. Yo sé muy bien cuánto se quiere al Papa en Paraguay. También les llevo en mi corazón y rezo por ustedes y por su País. Y ahora los invito a rezar el Ángelus a la Virgen. [Rezo del Ángelus]

DISCURSO EN EL ENCUENTRO CON LOS JÓVENES EN LA

COSTANERA

Domingo 12 de julio de 2015

Porque todos sabemos que en el mundo hay tantos lazos que nos atan el corazón y no dejan que el corazón sea libre: la explotación, la falta de medios para sobrevivir, la drogadicción, la tristeza, todas esas cosas nos quitan la libertad. Así que todos juntos, agradeciéndole a Orlando que haya pedido esa bendición, tener un corazón libre, un corazón que pueda decir lo que piensa, que pueda decir lo que siente y que pueda hacer lo que piensa y lo que siente, ese es un corazón libre. Y eso es lo que vamos a pedir todos juntos, esa bendición que Orlando pidió para todos.

Ya hemos escuchado dos testimonios, el de Liz y el de Manuel. Liz nos enseña una cosa, así como Orlando nos enseñó a rezar para tener un corazón libre. Liz con su vida nos enseña que no hay que ser como Poncio Pilato, lavarse las manos. Liz podría haber tranquilamente puesto a su mamá en un asilo y a su abuela en otro asilo y vivir su vida de joven divirtiéndose, estudiando lo que quería. Y Liz dijo no… La abuela, la mamá, y Liz se convirtió en sierva, en servidora y si quieren más fuerte todavía, en sirvienta de la mamá y de la abuela y lo hizo con cariño. Decía ella que hasta se cambiaron los roles y ella terminó siendo la mamá de su mamá del modo cómo la cuidaba. Su mamá con esa enfermedad (Alzheimer) tan cruel que confunde las cosas y ella quemó su vida hasta ahora, hasta los 25 años, sirviendo a su mamá y a su abuela. ¿Sola? No Liz no estaba sola.

Fe y política en la perspectiva latinoamericana

*Frei Betto

Predomina todavía entre los cristianos la idea de que la mística no tiene nada que ver con la política.dice el autor para desglosar lo siguiente.-

El compromiso del místico

 Es interesante constatar que los grandes místicos fueron simultáneamente personas sumergidas en la efervescencia política de su época: Francisco de Asís cuestionó al capitalismo naciente (como bien lo demuestra la magistral obra de Leonardo Boff, San Francisco, Ternura y Vigor); Tomás de Aquino defendió, en El Régimen de los Príncipes , el derecho a la insurrección contra la tiranía; Catalina de Sena, analfabeta, interpeló al papado; Teresa de Ávila, "mujer inquieta, errante, desobediente y obstinada" – como la calificó Don Felipe Sega, nuncio papal de España, en 1578 – revolucionó, con San Juan de la Cruz, la espiritualidad cristiana.

Por más que las escuelas espirituales del Occidente antiguo tengan que enseñar, así como las obras de los místicos cristianos, es en el Evangelio que se encuentra los fundamentos de la mística cristiana.

La vida de Jesús no busca la reclusión de los monjes esenios y ni se pauta por la práctica penitencial de Juan Bautista (Mateos 9, 14-15). Ella se compromete en la conflictividad de la Palestina de su tiempo. El Hijo revela el Padre andando por los caminos; seguido por apóstoles, discípulos y mujeres; acogiendo a los pobres, hambrientos, enfermos y pecadores; desenmascarando escribas y fariseos; cercado por multitudes; haciéndose presencia incómoda en las grandes fiestas en Jerusalén; perseguido y asesinado en la cruz como prisionero político.

Dentro de esa actividad pastoral, con fuertes repercusiones políticas, Jesús se revela místico, o sea, como alguien que vive apasionadamente la intimidad amorosa con el Padre, a quien el llama Abba – termino arameo que expresa mucha familiaridad, como con nuestro "papá" (Marcos 14, 36). Su encuentro con el Padre no exige el alejamiento de la pólis, pero si una apertura del corazón a la voluntad divina.

La mística del místico.

Hacer la voluntad de Dios es la primera disposición espiritual del místico. Esa voluntad no se descubre por la correcta moralidad o por la aceptación racional de las verdades de fe. Antes de ser una conquista ética, la santidad es un don divino. Por lo tanto, en las huellas de Jesús, el místico centra su vida en la experiencia teologal; su conducta y su creencia derivan de esa relación de amor que el tiene con Dios. Teresa de Ávila dirá eso con otras palabras: "La suprema perfección no consiste, obviamente, en alegrías interiores, ni en grandes éxtasis, visiones o espíritu de profecía, pero si en adecuar nuestra voluntad a la de Dios" (Fundaciones, 5, 10).

Mística y política

El ejercicio político como acumulación personal de poder – aun en la Iglesia – es incompatible con la experiencia mística. "Los reyes de las naciones las dominan y los que las tiranizan son llamados Benefactores. En cuanto a vosotros, no deberá ser así; por el contrario, el mayor de entre vosotros tórnese como el más joven, y el que gobierna como aquel que sirve" (Lucas 22, 25-26).

La política que no se basa democráticamente en la participación popular tiende a ser el privilegio de un grupo, de una casta o de una clase. Esa participación popular debe abarcar las tres esferas de la vida social: políticamente, por mecanismos que permitan a todos participar de las decisiones; ideológicamente, por el derecho de crítica y por el deber de autocrítica; económicamente, por el igual derecho de acceso a los bienes necesarios para la vida.

Fuera de eso, aunque con el título de democracia, lo que hay son estructuras idolátricas de poder, pues se imponen al pueblo como fuerzas omnipotentes, omniscientes y omnipresentes. Para el político que usufructúa de ellas, la política es una perversa manera de pretender compararse a Dios. Es el Olimpo en el cual lo deseable se torna posible. De ahí por que muchos políticos burgueses, cercados de incontables fortunas y amenazados por la edad avanzada, todavía insisten en soportar hasta reveses y humillaciones en la actividad política – ella es, para ellos, una especie de divinización del propio ego. Fuera del poder o de la función política ellos se verían insoportablemente reducidos a la propia identidad, obligados a sufrir el abismo que, para el común de los mortales, hay entre lo deseable y lo posible. Por eso, no son raros los casos de políticos que, excluidos del poder, prefieren la muerte (Getúlio Vargas).

 

"… y el que gobierna como aquel que sirve". En esa dimensión evangélica la política es compatible con la mística, pues las exigencias fundamentales coinciden: descentralización de si en los otros, fidelidad a la voluntad ajena y humildad en el compromiso con la verdad. Innumerables militantes políticos, sobre todo cuando todavía no llegaron al poder, viven esa mística, al punto de aceptar, la tortura, antes morir que traicionar la causa que abrazaron.

Las adversidades de una práctica política opuesta a la situación dominante son, a veces, comparables a la disciplina ascética necesaria a la dilatación mística: las privaciones físicas, el anonimato en la clandestinidad, la fe en el proceso histórico y en el pueblo, la esperanza de victoria, el don de si en cada momento de riesgo etc. Aunque no haya una conciencia teológica de esa experiencia, es innegable que toda práctica de amor – en la cual el bien de los otros se coloca por encima del propio bien – es la realización plena del misterio de Dios en la vida humana, pues "aquel que permanece en el amor, permanece en Dios y Dios permanece en él" (1 Juan 4, 16)…

Hasta aquí las reflexiones nos acercan a una interpretación contemporánea de conceptos que no aviesan contra la fe, sino que comunan en la consecusión de hallar un mejor individuo para su comunidad y consigo mismo, de un discurso unido, sin mera praxis populista, por uno más inclusivo.

Las polaridades de creencias, divide y aprovecha el fundamentalismo, sea fe depositada, creada, por encima del ser humano, dicho de otro modo encaramada, superpuesta para tenerlo como su objeto, en espacio reducido, usando para ello la antigüedad de oficio y prédicas, conducidas a una lectura tergiversada de esas polaridades; las que hoy cambian sus paradigmas. Si hubo unipolaridad, dejaron de ser desde las guerras religiosas, modo evidente, no en el discurso frío, lo cual se ponen en desventajas unas sobre otras, las de origen afro latinoamericanas y caribeñas de raíces propias expresan una presencia literal y no una representación circense, porque de hecho la aceptación de fe e inclusión de referente popular lo demuestran, para dejar atrás el lenguaje de "mi su amo, su mercé "Para vestir propio ropaje dentro de una inclusión socioespacial, sin la peyorativa imagen canonizada del folclor carnavalesco como expresión de existencia e identidad.

Hay otras cosas que la caracterizan independiente de lo estético,la herencia cultural,su psicología y ellos como expresión del ser social que constituyen un todo, muchas veces vilipendiados en los medios de difusión masivos con arquetipos de constante definición, mostrando imágenes distorsionadas que acentúan deméritos sociales, de un sujeto portador aislado sobre un objeto a generalizar, "el objeto" sobre los demás en acciones de carácter profundamente elitista y discriminación, de manera que las polaridades debieran estar en equilibrio porque las diferencias son el origen y causa del desarrollo.

Teología cultural y Teología de la liberación no son antitesis de fe comunal, si en lo teorico buscan elevar al pináculo de la verdad al individuo haciéndoles ver los valores como la cima a conquistar y luchar, de luchar contra la pobreza,la miseria e iniquidad.

América deviene como nuevo mundo en el despertar, tratando de hacer despertar al Universo en la Fe, la Esperanza, en la renovación que no hay tiempo perdido, sino tiempo dormido, por eso hay que hacer caer los muros de la ignorancia y los muros físicos que las sostienen,.como continente devela nuevo oxígeno con el emblema de la paz al demostrar que la misericordia no es mercancía, sino el derecho divino de los derechos humanos.

Con 2 que se quieran 2

En el programa televisivo de la entrevista al Cardenal Jaime Ortega Alamino, se esbozaron las ideas que empezaremos por el final de la entrevista para comprender el alcance de la misma, decía él que en la visita Pastoral del Papa Juan Pablo Segundo, en su saludo de despedida decía…"Que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba"…

De un deseo profético a una realidad, hoy las condiciones sociales y también políticas han propiciado que se produjeran, porque el entorno geopolítico no es el mismo que cincuenta años atrás, lastrados por concepciones antagónicas, una nueva generación, nuevos paradigmas de ver las realidades trazan derroteros en esta parte del hemisferio occidental que constituye el Sur como el Norte a seguir.

En su intervención acentuó que el paradigma de la Iglesia Católica como la del Papa es el diálogo como vehiculo de entendimiento y comprensión entre las partes, donde la Iglesia aparece con la imagen pública desde la visita pastoral anterior a esta con el mismo propósito, y que a partir de ahí se desbloquearon formas expresivas como por ejemplo: ¡ay, Dios mío ! y otras.

A partir del libro de Frei Betto " Fidel y la Religión ,reconocían a un libro que hacía caer los tabúes de tipo psicológico, religioso, además ahora de un Papa de nuestra cultura, cercano a nosotros, latinoamericano.

Se refirió a los treinta de años que trascurrieron para que se nombrara un Cardenal, que depende de la elección y designación del Papa, no hay consenso para designar y aprobar, es decisión papal, y en el caso de Cuba dependía de la posibilidad de la Iglesia de crecer, tampoco había un clímax socio político que favoreciera ese nombramiento. Al Cardenal Arteaga lo nombra Pío Xll y era poco común ese nombramiento que se hiciera fuera de Europa, pero fue en atención a su persona. En otras preguntas se revela en sus respuestas los sentimientos del Cardenal cuando enfatiza.–: No califico a los que me atacan con adjetivos peyorativos, ante todo es dar una respuesta cristiana, ¡Cuántas veces debo formular a un hermano, pedir el perdón es fundamental en nuestra vida, no importa las veces,… perdón entre los pueblos, perdón entre personas, como cuando Cristo dijo :- ¡ ay de ustedes cuando todo el mundo hable bien de ustedes !….Quería referirse que le preocuparía que no tuviera alguien que le hablara mal de algo que no entendiera, así como explica la parábola citada.

Acotó que el Papa como la Iglesia no hablan de lucha de clases, hablan sobre la pobreza y del evangelio, de la pobreza social y de la soledad en la tercera edad, que en sus homilías no ataca al rico, sino a la pobreza de espíritu y la falta de oportunidades, se alegra que en la sociedad cubana haya muestras de solidaridad y la iglesia lucha por mantener, conservar ese sentimiento, porque hay pobreza en la comprensión de algunos pocos, porque muchas veces los que calculan mucho no llegan.

Palabras que delinean su personalidad, su niñez donde no tuvo sobreprotección, más bien confianza de sus padres en realizar tareas propias de la edad, ir a la escuela solo sin tutela como hoy ocurre, lo que sin duda ejemplifica el sentido de responsabilidad y menciona las costumbres del entorno y época…

La soledad es patrimonio de cierta psicología, son momentos de meditación y no es una pobreza que haya experimentado, así definió unas de las preguntas que le dirigieron, decía:.. Cuando me informaron la decisión, experimenté un regocijo porque los allí reunidos, solo manifestaron: ¡Cuba tiene Cardenal! y no decían viva el Cardenal,.. Pensé en mi tierra y la nueva responsabilidad, por eso tuve que retratarme de nuevo a sugerencia del fotógrafo, ese anécdota cubanísima y matancera del barrio de Simpson, desde tocar en los años mozos piano acompañado de tambores batá y otros instrumentos revelan la personalidad de lo que está formado, en el Evangelio Vivo, finalmente decía en respuesta a tácitas pero encaminadas interrogantes que se hacen por el mundo… La Iglesia no está en el mundo para cambiar gobiernos, sino penetrar en el corazón del hombre, el Papa tiene su pensamiento en la modernidad… de ahí lo conveniente de un Estado laico, donde las funciones de cada uno sean diferentes pero con la divisa de la atención a los problemas sociales.Tenemos un Papa que habla como nosotros, está con nosotros y es latinoamericano.

Así concluyó en la noche del martes 1 de septiembre en el Programa de TV Cubana "Con 2 que se quieran 2. Con Amaury Pérez Vidal.

El Papa Francisco en Cuba y EEUU

Cuba.

HOMILÍA EN LA SANTA MISA DE LA PLAZA DE LA

REVOLUCIÓN "JOSÉ MARTÍ" EN LA HABANA

Domingo 20 de setiembre de 2015.

Una pregunta que nos acompañará toda la vida y en las distintas etapas seremos desafiados a responderla.

La historia de la humanidad ha estado marcada por el modo de cómo se responde a esta pregunta.

Jesús no le teme a las preguntas de los hombres; no le teme a la humanidad ni a las distintas búsquedas que ésta realiza.

Servir significa, en gran parte, cuidar la fragilidad. Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo.

Todos estamos llamados por vocación cristiana al servicio que sirve y a ayudarnos mutuamente a no caer en las tentaciones del «servicio que se sirve». Todos estamos invitados, estimulados por Jesús a hacernos cargo los unos de los otros por amor. Y esto sin mirar de costado para ver lo que el vecino hace o ha dejado de hacer..

El santo Pueblo fiel de Dios que camina en Cuba, es un pueblo que tiene gusto por la fiesta, por la amistad, por las cosas bellas. Es un pueblo que camina, que canta y alaba. Es un pueblo que tiene heridas, como todo pueblo, pero que sabe estar con los brazos abiertos, que marcha con esperanza, porque su vocación es de grandeza. Así la sembraron sus próceres. Hoy los invito a que cuiden esa vocación, a que cuiden estos dones que Dios les ha regalado, pero especialmente quiero invitarlos a que cuiden y sirvan, de modo especial, la fragilidad de sus hermanos. No los descuiden por proyectos que puedan resultar seductores, pero que se desentienden del rostro del que está a su lado.

. No nos olvidemos de la Buena Nueva de hoy: la importancia de un pueblo, de una nación; la importancia de una persona siempre se basa en cómo sirve la fragilidad de sus hermanos en esto encontramos uno de los frutos de una verdadera humanidad. Porque, queridos hermanos y hermanas, «quien no vive para servir, no sirve para vivir».

PALABRAS DEL PAPA EN EL REZO DEL ÁNGELUS EN LA SANTA

MISA DE LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓN "JOSÉ MARTÍ" EN LA

HABANA

Domingo 20 de setiembre de 2015

También nosotros tenemos la tentación de huir de las cruces propias y de las cruces de los demás, de alejarnos del que sufre.

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. Junto a la Madre, en la Cruz, podemos comprender quién es verdaderamente «el más importante», y qué significa estar junto al Señor y participar de su gloria. Aprendamos de María a tener el corazón despierto y atento.

Como nos enseñó en las Bodas de Caná, seamos solícitos en los pequeños detalles de la vida, y no cejemos en la oración los unos por los otros, para que a nadie falte el vino del amor nuevo, de la alegría que Jesús nos trae.

En este momento me siento en el deber de dirigir mi pensamiento a la querida tierra de Colombia,

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Que la sangre vertida por miles de inocentes durante tantas décadas de conflicto armado, unida a aquella del Señor Jesucristo en la Cruz, sostenga todos los esfuerzos que se están haciendo, incluso en esta bella Isla, para una definitiva reconciliación

Por favor, no tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en este camino de paz y reconciliación.

HOMILÍA EN LA CELEBRACIÓN DE LAS VÍSPERAS CON

SACERDOTES, RELIGIOSOS, RELIGIOSAS Y SEMINARISTAS EN

LA CATEDRAL DE LA HABANA

Domingo 20 de setiembre de 2015

El Cardenal Jaime nos habló de pobreza y la hermana Yaileny nos habló del más pequeño, de los más pequeños, son todos niños. Yo tenía preparada una homilía para decir ahora en base a los textos bíblicos pero cuando hablan los profetas, y todo sacerdote es profeta, todo bautizado es profeta, todo consagrado es profeta, vamos a hacerle caso a ellos y entonces yo le voy a dar la homilía al Cardenal Jaime para que se las haga llegar a ustedes y la publiquen y después la meditan;

El espíritu mundano no la conoce, no la quiere, la esconde, no por pudor, sino por desprecio, y si tiene que pecar y ofender a Dios para que no le llegue la pobreza lo hace. El espíritu del mundo no ama el camino del hijo de Dios que se vació a sí mismo, se hizo pobre, se hizo nada, se humilló para ser uno de nosotros.

La pobreza siempre tratamos de escamotearla, sea por cosas razonables pero estoy hablando de escamotearla en el corazón, que hay que saber administrar los bienes, es una obligación, los bienes son un don de Dios, pero cuando esos bienes entran en el corazón y te empiezan a conducir la vida, ahí perdiste, ya no eres como Jesús, tienes tu seguridad donde la tenía el joven triste, el que se fue entristecido.

lo que decía San Ignacio, y esto no es propaganda publicitaria de familia no, pero él decía que la pobreza era el muro y la madre de la vida consagrada. Era la madre porque engendraba más confianza en Dios y era el muro porque la protegía de toda mundanidad.

porque la riqueza pauperiza, pero pauperiza mal, nos quita lo mejor que tenemos, nos hace pobres en la única riqueza que vale la pena para poner la seguridad en lo otro.

El espíritu de pobreza, el espíritu de despojo, el espíritu de dejarlo todo para seguir a Jesús, esto de dejarlo todo no lo invento yo, varias veces aparece en el Evangelio, en el llamado de los primeros que dejaron la barca, las redes y lo siguieron, los que dejaron todo para seguir a Jesús.

Una vez me contaba un viejo cura sabio, hablando de cuando se mete el espíritu de riqueza, de mundanidad rica en el corazón de un consagrado, de una consagrada, de un sacerdote, de un Obispo, de un Papa, lo que sea. Dice que cuando uno empieza a juntar plata y para asegurarse el futuro, ¿no es cierto?, entonces el futuro no está en Jesús, está en una compañía de seguros de tipo espiritual que yo manejo ¿no?. Entonces, cuando, por ejemplo, cuando una congregación religiosa, por poner un ejemplo me decía él, empieza a juntar plata y ahorrar y ahorrar, Dios es tan bueno, que le manda un ecónomo desastroso que las lleva a la quiebra. Son de las mejores bendiciones de Dios a su Iglesia, los ecónomos desastrosos,

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Gracias por lo que haces y en ti gracias a todas estas mujeres y a tantas mujeres consagradas al servicio de lo inútil… gracias a vos y a todos los consagrados y consagradas que hacen esto.. Por favor, a los sacerdotes, no se cansen de perdonar, sean perdonadores, no se cansen de

perdonar como lo hacía Jesús. No se escondan en miedos o en rigideces.

pero hay un lugar privilegiado no lo retes, no la retes, no lo castigues. Si no tienes pecado, pues tírale la primera piedra, pero solamente con esa condición, sino piensa en tus pecados y piensa que tú puedes ser esa persona, piensa que tú potencialmente puedes llegar más bajo todavía y piensa que tú en ese momento tienes un tesoro en las manos en tus manos que es la misericordia del Padre. Para el sacerdote donde aparece ese último, ese mínimo, el más pequeño y es el confesionario.

Y ahí cuando ese hombre o esa mujer te muestran su miseria. Ojo que es la misma que tienes tú y que Dios te salvó ¿eh? de no llegar hasta ahí. Cuando te muestra su miseria, ¡por favor.

"Donde hay misericordia, está el Espíritu de Jesús, donde hay rigidez están solamente sus ministros".

Hermano sacerdote, hermano obispo, no le tengas miedo a la misericordia, deja que fluya por tus manos y por tu abrazo de perdón.

SALUDO A LOS JÓVENES DEL CENTRO CULTURAL PADRE

FÉLIX VARELA DE LA HABANA

Domingo 20 de setiembre de 2015

Una palabra que cayó fuerte: soñar. Un escritor latinoamericano, decía que las personas tenemos dos ojos: uno de carne y otro de vidrio. Con el ojo de carne vemos lo que miramos. Con el ojo de vidrio vemos lo que soñamos. Está lindo ¿eh?.

un joven que no es capaz de soñar está clausurado en sí mismo. Está encerrado en sí mismo. Cada uno a veces sueña cosas que nunca van a suceder. Pero suéñalas, deséalas, busca horizontes, ábrete, ábrete a cosas grandes. No sé si en Cuba se usa la palabra, pero los argentinos decimos: no te arrugues, ¿eh? ábrete y sueña, sueña que el mundo contigo puede ser distinto..

. Que no nos encerremos en los conventillos de las ideologías o en los conventillos de las religiones, que podamos crecer ante los individualismos.

Cuando una religión se vuelve conventillo pierde lo mejor que tiene, pierde su realidad de adorar a Dios, de creer en Dios. Es un conventillo, es un conventillo de palabras, de oraciones, de yo soy bueno, tú eres malo, de prescripciones morales y cuando yo tengo ideología, mi modo de pensar y tú tienes el tuyo, me encierro en ese conventillo de la ideología…-

Si tú piensas distinto que yo, ¿por qué no vamos a hablar? ¿Por qué siempre nos tiramos la piedra sobre aquello que nos separa, sobre aquello en lo que somos distintos? ¿Por qué no nos damos la mano en aquello que tenemos en común?

Animarnos a hablar de lo que tenemos en común y después podemos hablar de las cosas que tenemos diferentes o que pensamos. Pero digo hablar, no digo pelearnos, no digo encerrarnos, no digo "conventillear" como usaste tú la palabra (se dirige al joven que habló en representación de los demás). Pero eso solamente es posible cuando uno tiene la capacidad de hablar de aquello que tengo en común con el otro, de aquello para lo cual somos capaces de trabajar juntos.

La enemistad social destruye y una familia se destruye por la enemistad, un país se destruye por la enemistad, el mundo se destruye por la enemistad. Y la enemistad más grande es la guerra.

Y hoy día vemos que el mundo se está destruyendo por la guerra, porque son incapaces de sentarse y hablar. Bueno, negociemos, ¿qué cosas podemos hacer en común?

¿En qué cosas no vamos a ceder?. Pero no matemos más gente. Cuando hay división, hay

Hay muerte en el alma porque estamos matando la capacidad de unir, estamos matando la amistad social y eso es lo que yo les pido a ustedes hoy, sean capaces de crear la amistad social.

Después salió otra palabra que tú dijiste (nuevamente se dirige al joven que intervino antes la palabra esperanza. Los jóvenes son la esperanza de un pueblo, eso lo oímos en todos lados, pero ¿qué es la esperanza? ¿Es ser optimista? ¡No! Optimismo es un estado de ánimo. Mañana te levantas con dolor de hígado y no eres optimista, ves todo negro. O sea la esperanza es algo más, la esperanza es sufrida, la esperanza sabe sufrir para llevar adelante un proyecto, sabe sacrificarse ¿Tú eres capaz de sacrificarte por un futuro? ¿O solamente quieres vivir el presente y que se arreglen los que vengan?

La esperanza es fecunda, la esperanza da vida. ¿Vos sos capaz de dar vida? ¿O vas a ser un chico o chica espiritualmente estéril, sin capacidad de crear vida a los demás, sin capacidad de crear amistad social, sin capacidad de crear patria, sin capacidad de crear grandeza? La esperanza es fecunda.

La esperanza se da en el trabajo y aquí me quiero referir a un problema muy grave que se está viviendo en Europa. La cantidad de jóvenes que no tienen trabajo..

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Es frecuente confundir unidad con uniformidad; con un hacer, sentir y decir todos lo mismo.

Eso no es unidad, eso es homogeneidad. Eso es matar la vida del Espíritu, es matar los carismas que Él ha distribuido para el bien de su Pueblo. La unidad se ve amenazada cada vez que queremos hacer a los demás a nuestra imagen y semejanza. Por eso la unidad es un don, no es algo que se pueda imponer a la fuerza o por decreto. Me alegra verlos a ustedes aquí, hombres y mujeres de distintas épocas, contextos, biografías, unidos por la oración en común.

¡Qué importante, qué testimonio tan valioso para la vida del pueblo cubano, el de irradiar siempre y por todas partes esa alegría, no obstante los cansancios, los escepticismos, incluso la desesperanza, que es una tentación muy peligrosa que apolilla el alma!.

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SALUDO A LOS JÓVENES DEL CENTRO CULTURAL PADRE

FÉLIX VARELA DE LA HABANA

Domingo 20 de setiembre de 2015

El camino de la esperanza no es fácil y no se puede recorrer solo. Hay un proverbio africano que dice "si quieres ir de prisa, anda solo, pero si quieres llegar lejos, anda acompañado". Y yo a ustedes jóvenes cubanos, aunque piensen diferente, aunque tengan sus puntos de vista diferentes, quiero que vayan acompañados, juntos buscando la esperanza, buscando el futuro y la nobleza de

la patria.

Y así empezamos con la palabra soñar y quiero terminar con otra palabra que tú dijiste (el mismo joven) y que yo la suelo usar bastante: "la cultura del encuentro". Por favor, no nos "desencontremos" entre nosotros mismos. Vayamos acompañados, Uno, encontrados, aunque pensemos distinto, aunque sintamos distinto, pero hay algo que es superior a nosotros, es la grandeza de nuestro pueblo, es la grandeza de nuestra patria, es esa belleza, esa dulce esperanza de la patria a la que tenemos que llegar. ¡Muchas Gracias!

HOMILÍA EN LA SANTA MISA DE LA BASÍLICA MENOR DEL

SANTUARIO DE LA "VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE" EN

SANTIAGO DE CUBA

Martes 22 de setiembre de 2015

Como María, Madre de la Caridad, queremos ser una Iglesia que salga de casa para tender puentes, romper muros, sembrar reconciliación. Como María, queremos ser una Iglesia que sepa acompañar todas las situaciones «embarazosas» de nuestra gente, comprometidos con la vida, la cultura, la sociedad, no borrándonos sino caminando con nuestros hermanos. Todos juntos, sirviendo, ayudando. Todos hijos de Dios, hijos de María, hijos de esta noble tierra cubana. Este es nuestro cobre más precioso, esta es nuestra mayor riqueza y el mejor legado que podamos dejar: como María, aprender a salir de casa por los senderos de la visitación.

DISCURSO EN EL ENCUENTRO CON LAS FAMILIAS EN LA

CATEDRAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN, EN

SANTIAGO DE CUBA

Martes 22 de setiembre de 2015

Sin familia, sin el calor de hogar, la vida se vuelve vacía, comienzan a faltar las redes que nos sostienen en la adversidad, las redes que nos alimentan en la cotidianidad y motivan la lucha para la prosperidad. La familia nos salva de dos fenómenos actuales, dos cosas que suceden: la fragmentación (la división) y la masificación. En ambos casos, las personas se transforman en individuos aislados fáciles de manipular y de gobernar y entonces encontramos en el mundo sociedades divididas, rotas, separadas o altamente masificadas que son consecuencia de la ruptura de los lazos familiares; cuando se pierden las relaciones que nos constituyen como personas, que nos enseñan a ser personas. Bueno uno se olvida de cómo se dice papá mamá, hijo, hija, abuelo, abuela. Se van como olvidando esa relaciones que son el fundamento, son fundamento del nombre que tenemos. La familia es escuela de humanidad, escuela que enseña a poner el corazón en las necesidades de los otros, a estar atento a la vida de los demás cubanos.

Resumen de noticias de ACI. Prensa del Vaticano.

Durante su viaje, 50 disidentes fueron arrestados fuera de la nunciatura cuando ellos buscaban tener un encuentro con usted. En primer lugar, ¿a usted le gustaría tener un encuentro con los disidentes? Y, si usted tuviera su encuentro, ¿qué les diría?

Papa Francisco: No tengo noticia de que haya sucedido eso, no tengo ninguna noticia. Y no puede decir sí, no; no sé, directamente no sé. Y sus dos preguntas son futuribles. ¿Me gustaría? ¿Qué sucedería? A mí me gusta encontrarme con toda la gente. Considero que, primero, toda persona es hija de Dios y tiene derecho. Y, segundo, siempre el trato con otra persona enriquece. O sea, que el futurible lo respondo así.

Me gustaría encontrar con todo eso. Si usted quiere que le diga algo más, le puedo decir algo en concreto. Primero, estaba bien claro que yo no iba a dar audiencias. Porque se pidieron audiencias de otros sectores, incluso de algún jefe de Estado.

Y no, yo estoy en una visita, en un país, y no estaba prevista ninguna audiencia con los disidentes ni con otros. Y segundo, de la nunciatura se hicieron llamadas telefónicas a algunas personas que están en ese grupo de disidentes y se les comunicó que yo con gusto cuando llegara a la Catedral los saludaría. Eso sí existió, pero como ninguno se identificó como tal yo no sé si estaban o no estaban

Jean Louis de la Vaissiere: En el último viaje a América Latina, ha criticado duramente el sistema capitalista liberal. En Cuba, parece que sus críticas del sistema comunista no eran muy severas sino "soft" (suaves) ¿Por qué estas diferencias?

Papa Francisco: En los discursos que he hecho en Cuba, siempre he puesto el acento en la Doctrina Social de la Iglesia. Pero las cosas que se deben corregir las he dicho claramente, no perfumadamente soft. Pero también la primera parte de su pregunta: más que lo que yo he escrito –y duramente en la encíclica, también en la Evangelii Gaudium sobre el capitalismo salvaje, liberal, no lo he dicho. Todo está escrito allí. Yo no recuerdo haber dicho nada más que eso. Si usted se acuerda, hágamelo recordar. He dicho lo que he escrito, y que es bastante, es bastante.

Y después… Sí, casi lo mismo que le he dicho a su colega. Todo esto es la Doctrina. Pero aquí, en Cuba, y esto a lo mejor aclara un poco lo que me pregunta, ha sido un viaje muy pastoral con la comunidad católica, con los cristianos; también con las personas de buena voluntad. Y por eso mis intervenciones eran homilías o… también con los jóvenes, que eran creyentes y no creyentes, y entre los creyentes había distintas religiones… ha sido un discurso de esperanza, de animar el diálogo entre ellos, de ir juntos, buscar las cosas que unen no las que nos dividen, hacer puentes. Era un lenguaje más pastoral.

En cambio, en la encíclica se debían tratar cosas más técnicas, y también estas que usted ha mencionado. Pero si usted se acuerda de alguna cosa fuerte que he dicho en el otro viaje, dígamela, porque no me acuerdo.

Nelson Castro. Radio Continental (Estados Unidos): La pregunta tiene que ver con la disidencia poniéndola en dos aspectos ¿Por qué decidió no recibirlos? Después hubo un detenido que se acercó a usted, que fue llevado preso. La pregunta es ¿va a haber un rol de la Iglesia Católica en buscar la apertura de las libertades políticas visto el rol que ha jugado en el restablecimiento también en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos? Este tema de las libertades que es un problema para los que piensan distinto en Cuba, ¿será un rol que la Santa Sede piensa para la Iglesia católica en Cuba?

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